martes, 1 de junio de 2010

MANIFIESTO P.K.G ARTE (1999)

MANIFIESTO
MANIFIESTO


PROPUESTA ACTUAL KONTRA LA GENERACIÓN DEL ARTE

(P.A.K.G arte )





Los acontecimientos sociales y políticos que se sucedieron durante la década de los ochenta del siglo XX marcan el punto de inflexión de un modelo social de comportamiento que está en crisis. Es el resultado del maremagnum ideológico provocado por las tensiones derivadas del conflicto mundial de los años cuarenta (1939-1945), que tendría su máxima expresión en el periodo 1960-1975. En estos años las contradicciones de lo que hasta entonces podríamos considerar “conceptos polares”, es decir polos ideológicos de fuerte expresión, contrapuestos en sus fines, pero muy semejantes en su manifestación, provocan fuertes enfrentamientos entre los pensadores que se muestran incapaces de reaccionar ante lo evidente, posicionados como estaban cada cual en su trinchera. Comienza un periodo de crisis que se manifiesta tanto en el campo del pensamiento, como en el de la expresión artística. Es lo que podríamos definir como el inicio del “eclecticismo”: Todo vale. Toda idea manifestada en su origen y desarrollada a través de los Media tiene valor, vigencia inmediata. (No debemos olvidar que este momento coincide con la puesta en marcha de Internet, la esperanza de nuevas formas de comunicación, que paradójicamente sólo sirven para que los diferentes poderes se manifiesten de una forma menos evidente, más “engañosa”, lo que se definió como “virtual”. Disponemos de una mejor comunicación, pero no hay nada nuevo que comunicar: por primera vez el “medio” es más importante que el “mensaje”.)

Los “mass media” se erigen en auténticos protagonistas del arte y del pensamiento. Contra la “idea lógica” de carga “racional-real” se alza la “idea digital” de contenidos “lógicos-falsos-virtuales” (irreales).



- “El sentir inmediato”: Lo importante en la nueva creación artística de soportes digitales no es el contenido, ni siquiera la idea. No existe mensaje. No hay “forma”, ni se sujeta a reglas “acordadas”. La carga ideológica queda superada, oculta, por la inmediatez. Que cada cual “sienta” de forma inmediata: consumo rápido: Fast Art / Speed Art :(Arte rápido = arte basura?)



- La sociedad y los conflictos: de clases?:: El enfrentamiento de clases que se dio desde mediados del s. XVIII hasta mediados del s. XX se transformó con la crisis de los dos bloques y el final de la guerra fría. Los conflictos de clases (lucha de clases según la terminología marxista) se trasladaron de la sociedad al individuo. A ello ayudaron las nuevas tecnologías y las comunicaciones (TV principalmente).

Se toma como “cultura” y “conocimiento” lo que únicamente es información, datos. La acumulación de datos provoca falta de criterios: a mayor número de datos menos posibilidad de análisis, ergo menos criterio.

La lucha de clases pasa del plano social-colectivo al doméstico-individual. La enfermedad social, la “esquizofrenia social” de las sociedades hiper-industrializadas es asumida por el individuo, que busca refugio a sus contradicciones en los “media” (de ahí la “tele-basura” y el “pensamiento único”).

El enfrentamiento clásico del individuo contra el poder se traslada al enfrentamiento del individuo consciente contra el individuo inconsciente. El conflicto social se hace personal: cada cual pendiente de la guerra entre el yo que soy y el yo que quiero, deseo, me obligan a ser. La era de los libros de auto-ayuda: los demás piensan, no-por-mí, sino para-mí . La TV se muestra como un elemento imprescindible en este proceso.

El debate interno: Yo / Super -Yo transciende hacia una búsqueda interior que se materializa en el culto a lo desconocido, o mejor, a lo no-apreciado:: no-conocido. Nuevas corrientes sincréticas de misticismo self-made-mam y prêt-a-porter. Oriente y Occidente en una cajita de ébano: El Tao y el Positivismo a partes iguales. Cóctel de materia gris: sólo materia. Ensoñaciones místicas al servicio de la inapetencia vital, de la inoperancia de la racionalidad contemporánea. Crear una realidad virtual carente de virtudes (virtud = valor, posibilidad de obrar) o por sus obras les conoceréis... Nada soy = Nada temo. El hombre aniquilado. “Yo soy culpable. El Poder es inocente”. A la felicidad por el “quietismo” intelectual. Nada puedo hacer: Quién es el enemigo?... Yo soy el enemigo...Yo soy el culpable. Además, muerto Dios, quién puede salvarme?: “Manual para la salvación del hombre: Qué hacer una vez Dios ha muerto?”.



- Confiar en el individuo o volver a la sociedad?. He aquí el dilema. La potencialización del papel individual que nos traen las nuevas tecnologías de la comunicación impide el contraste de los hechos. Se vende una “nueva libertad” un acceso sin límites a la información...PERO: Qué información?. Asistimos preocupados al alumbramiento de la “información falseada”. Información que parte de sucesos falsos (inventados) transmitida por medios “reales” (canales informativos tradicionales de consumo). No se trata de un hecho artístico. O sí?. La ficción manifiesta supera a la realidad por vez primera?. Es la noticia el perro que muerde al perro o el niño que muerde al niño? Dónde están el niño y el perro? Y el perro y el niño?. Cómo interpretar ambas noticias?. Qué pensar del pobre perro y del animal del niño?. Todo carece de límites.

Recrear la historia. Hacer de cada día el último día. Inventar cada momento aprovechando los medios disponibles. Confundir el sentido del tiempo. Un diario digital en Internet con noticias falsas sería creíble? Hagamos la prueba. Demostrar la falacia de lo inmediato. La realidad es mentira. La ficción es la verdad relativa. Volvamos a la información que desinforma, en vez de la desinformación que informa. Intoxicación de imágenes: Una buena cagalera de imágenes. Y sobre todo: Abramos un Blog para que participen las buenas gentes.

(.../... Continúa: para acceder al texto completo: orisokorda@gmail.com Nombre texto)

jueves, 20 de mayo de 2010

HABLANDO DE EMPLEO
O mejor, de desempleo, lacra social impropia de cualquier Estado; recurso muy a mano cuando se trata de justificar lo injustificable; problema, la mayor parte de las veces, puramente estadístico para nuestros gobernantes; arma arrojadiza del empresariado inconsciente a sindicatos blandengues y a gobiernos desorientados.
El desempleo en España es un asunto que viene de lejos, de muy lejos en el tiempo. Durante la II República el “paro obrero” fue uno de los principales problemas sociales, origen de tensiones que desembocaron en huelgas, revueltas, caídas de gobiernos y enfrentamientos continuos entre sindicatos de clase y políticos esclerotizados por el poder. No se resolvió el problema. Ni tras la Guerra Civil, cuando una buena parte de la población se encontraba bien muerta, bien en prisión, bien en el exilio, y la reconstrucción de infraestructuras era imprescindible. Ni en los mejores años del desarrollismo franquista, cuando aún había exilio y cárcel, y más de tres millones de emigrantes. Pero entonces aún no había datos públicos del INE sobre el porcentaje de paro sobre población activa. En estudios recientes se calcula que en 1974 el porcentaje de desempleo en España se movía entre el 15% y el 17%, como media. En este estudio también se hace constar que en Cataluña apenas si era del 7%, mientras en Galicia o Castilla y León (actual) se elevaba al 19%, y en Andalucía hasta el 23%.

La llegada de la democracia tampoco resolvería el problema y durante la Transición el desempleo se fue incrementando de tal manera que en 1980 ascendió hasta el 22%, legando hasta el 24,4% en 1983, fruto de las consecuencias de la crisis de mediados de los setenta, que en España tuvo consecuencias directas durante una década más. El resto, hasta hoy, es ya conocido por todos.

Pero, ¿Cuál es la causa de esta situación?, ¿Qué se ha hecho para solucionar el problema de fondo?, ¿Cómo se puede cambiar el escenario de nuestro mayor y más costoso problema social y político?

Las causas, de las cuales nadie habla nunca, o si lo hace es a media voz, con medias palabras, no son otras que una estructura productiva anticuada, decimonónica. Un tejido empresarial al que le está costando mucho adaptarse a la nueva economía, y sobre todo reaccionar ante los nuevos paisajes de los mercados, porque mantiene estructuras igualmente decimonónicas; empresas de tamaño medio, familiares, sin ninguna cultura de empresa, o bien autoempleo, parche con el que se ha querido tapar los pinchazos de un neumático gastado, inservible. Súmese a esto el espíritu especulador de “estraperlista”, que es la imagen de nuestros inversores, empeñados en operaciones a corto plazo de alta rentabilidad, sin ninguna consideración por el resto de la sociedad y con total desprecio de las instituciones, las mismas a las que recurren cuando las cosas no marchan bien, o a las mismas a las que chulean subvenciones para incrementar no sus empresas, sino sus capitales.

Otra de las causas es la distribución de los sectores productivos. En España se pasó de un base agraria que abarcaba más del 60% de la producción y casi el 50% del empleo, a una base en el sector servicios que aportaba un 63% de la producción y un 58% de empleo. El peso del Sector Primario se desplaza hacia el Terciario, incrementando este y debilitando el primero, mientras el Secundario (la industria) permanece más o menos inalterable (con tendencia a la baja constantemente).
Cuando en 1995 se presenta el “Libro blanco sobre empleo en Europa”, que la Comisión de la entonces Comunidad Europea elaboró durante cinco años, se entregó a cada país miembro un Memorandum específico en el que se abordaban los problemas que en el país se habían detectado, así como la evolución de los mismos a futuro y una serie de recomendaciones para organizar el mercado laboral y re-estructurar, en su caso, el tejido productivo.

Para España, que entonces sufría un 17% de desempleo, las recomendaciones se centraban, sobre todo, en la reorganización de los sectores productivos y en la promoción de nuevos yacimientos de empleo, advirtiendo que, en caso contrario, la competitividad con el resto de países de la futura UE se vería seriamente afectada, y a la larga soportaría problemas de desempleo muy graves. También se incidía en no asentar el peso del PIB en lo servicios, especialmente el Turismo y el subsector de la construcción y diversificar las inversiones públicas, de manera que la construcción atendiera a las infraestructuras y a las necesidades reales de vivienda, ya que ello tendría efectos de asentamiento y acotamiento de un subsector excesivamente dimensionado ya entonces. Otras recomendaciones se referían al aprovechamiento de los recursos naturales como fuente de empleo a futuro, combinados estos con la investigación y la promoción de nuevas fuentes energéticas. También en la regulación del sector agro-ganadero y en el mantenimiento de la población rural (que seguía el eterno éxodo a las ciudades). Aún aportaba más información, especialmente dirigida hacia el empresariado. Recomendaba formación para nuevos empresarios (los más jóvenes), cultura de empresa (la empresa como herramienta de cohesión social), creación de redes de investigación (ya que la investigación era excesivamente cara en España), modificaciones en política crediticia, hacer de las Cajas de Ahorro auténticos bancos regionales que financiaran el desarrollo regional, bancos casi cooperativos. Apostaba por una nueva definición de la producción, un nuevo marco de política de empleo, una mayor presencia de organizaciones sociales en el debate, una vía de negociación en la cual participaran empresas, sindicatos, gobiernos y organizaciones sociales.

Y así hasta ciento ochenta y seis puntos que llegaban a sumar más de trescientas páginas.
Eso fue, justo, un año antes de las Elecciones de 1996. En aquel momento Felipe González era el Presidente del Gobierno y mantuvo varias consultas con miembros de su gabinete en las cuales se trataron, punto por punto, las recomendaciones de la Comisión. Me consta que alguno de sus ministros se rió abiertamente del Memorandum, que varios altos cargos protestaron porque no se había contado con sus departamentos para la elaboración del mismo(el documento se hizo con información y datos solicitados a cada país miembro y fue realizado por expertos independientes de todos los estados miembros) y otros directamente no le prestaron ninguna atención. Pero el Presidente sí lo hizo, y también me consta que tomó medidas al respecto y encargó a un grupo de trabajo (que trabajó en dependencias del Senado) una valoración al respecto, con la intención de seguir, al menos, varias de las recomendaciones recogidas en el Memorandum. En el informe final se incluyó un Plan de Actuación, con un calendario y con datos sobre la incidencia de la puesta en marcha de nuevas políticas, del cual se desprendía que si bien el desempleo aumentaría entre un 5% y un 8% en los dos primeros años, a partir del tercero se rebajaría en más de un 10%, y la tendencia sería similar los siguientes dos años, hasta llegar al año 2010 en que, según aquellas previsiones, el desempleo en España rondaría el 4% (en un escenario de crecimiento sostenido de entre el 3% y el 5% anual).

Ello gracias a la reorganización de los sectores de producción, en la cual el Primario sostenía una ocupación cinco veces superior a la actual, aumentando de paso la población rural; el Secundario ocuparía al triple de empleados de los que hoy tiene y el Sector Terciario más o menos un treinta por ciento menos de los que teóricamente ocupa en la actualidad.

Se promocionaba la creación de redes cooperativas agro-ganaderas que organizaban desde la producción hasta el consumidor finalista; la diversificación de cultivos, incidiendo en los bioenergéticos; el aprovechamiento del medio natural como fuente de recursos de ocio, de naturaleza y de energía.

Se apostaba por las nuevas tecnologías con aplicaciones sanitarias; por la bio-investigación farmacéutica; por la industria de nuevos materiales; por el reciclaje, la automoción terrestre, etc.

Se especializaba el turismo, apostando por un turismo menos estacional y más cultural; se recortaba la construcción o se aplicaba a edificación social sostenible; se incrementaba la especialización; las infraestructuras de comunicación; el transporte terrestre; la recuperación medioambiental.

Y se apostaba por la formación desde la base, planes de formación especializada, formación profesional de calidad y sobre todo en especialidades necesarias, no obsoletas.

Parte de estas propuestas se incluirían en el Programa Electoral del PSOE de 1996, pero todo se quedó en nada, en humo, en una oportunidad perdida.

Tras la victoria del PP de Aznar en 1996 tanto el Memorandum, como el Informe pasaron a los almacenes o a la papelera directamente. Los modos y maneras de gobernar del PP con ansias de gobierno y de poder a costa de lo que fuera, y sobre todo con importantísimas deudas con empresarios y especuladores llevó a España a un falso paraíso en el cual se ataban los perros con longanizas, y el que no se hiciera promotor, constructor o inmobiliario era un pobre hombre digno de lástima, cuando no de escarnio.

A base de terreno edificable, crédito a tutiplén, y ladrillo de cara vista se consiguió que el paro descendiera hasta un 9% (la cota más baja), llenándose la boca con palabras como “pleno empleo” o “desempleo marginal”. Lo cierto es que nunca bajo el desempleo del 12%, datos reales, de la UE, no del gabinete de Moncloa. Sólo hay que buscar en la web de la UE el histórico de empleo para saber la verdad. En función de los datos del Eurostt se elaboran los diferentes programas y proyectos para los estados miembros (y en eso no protesta nadie).

Cuando se decía que el crecimiento económico era del 5%, no se mostraba un paisaje ideal, sino un gran trampantojo, como los carteles de los chalets de “ciudad de vacaciones”, donde por cierto Aznar tenía alguno.

Nadie se ha atrevido en España a hacer lo que hizo Irlanda, siguiendo las recomendaciones de su Memorandum, cambiar totalmente el tejido productivo, de forma que pasó de un índice de desempleo de hasta el 28% y una emigración continuada, a un desempleo en esta época de crisis que no supera el 12% , manteniendo un crecimiento bajo, pero continuado, apostando por formación, nuevas tecnologías de comunicación y re-estructuración total de la agricultura y la ganadería. Valiente, determinante, efectivo.

Cuándo se va a atrever un gobierno en España a acometer las reformas que se precisan, sin miedo a los capitales, a los empresarios o a la pérdida de votos. Ese es el problema, que se gobierna para la estadística, los índices de intención de voto, no para los ciudadanos?

Cuándo se va a hablar claro?. Cuándo se va a decir de una vez que la cuestión no es reformar el “mercado laboral”, sino el “mercado empresarial”? Que el problema no es el coste del despido a la hora de crear empleo, sino la incapacidad de los empleadores, que sólo contratan cuando hay primas de por medio, incentivos a la contratación, rebajas fiscales, salarios de miseria o jornadas de trabajo dobladas, etc. Que se ha perdido formación en todos los niveles de capacitación, porque “en la construcción puede trabajar cualquiera” (palabras de un constructor que cotiza en bolsa). Que somos el país en que los trabajadores pasamos más tiempo en nuestro trabajo, pero que tenemos la productividad más baja. Que tenemos unos Sindicatos que emplean en su estructura a un número de trabajadores similar al que tienen todos los pequeños Municipios de España, y sin embargo tienen la tasa de afiliación más baja de toda la UE? Que ya estamos más que hartos de tanta tomadura de pelo, de tanta mediocridad, de tanto político, de tanta política absurda, de tanta resignación.

Tal vez la única forma de arreglar algo sea tomando a los caballos por la brida, y evitar que los que dirigen el carro puedan manejar las riendas.

martes, 18 de mayo de 2010

INDECENTE!

Recibo el mail que se adjunta de un grupo de ciudadanos hartos de todo, y lo cuelgo en este blog porque me parece interesante. Cada día podemos encontrar en las redes sociales, en nuestro entorno, más voces de personas anónimas que se rebelan contra este "estado de bienestar" (ahora de precariedad), que ya no confían en el sistema, en sus políticos corruptos, en sus jueces vendidos, que ya no nos creemos nada de lo que nos cuentan, porque sabemos que sólo se trata de que todo siga igual, sin preocuparse de los cadáveres que quedan por el camino.

"Ha dicho la Vicepresidenta del gobierno que es indecente que mientras la inflación es -1%,y tengamos más de 4.000.000 de parados, haya gente que no esté de acuerdo en alargar la jubilación a los 70 años.
Nos gustaría transmitirle a la "Sra. Vicepresidenta" y a todos los políticos, lo que sí es indecente : INDECENTE es que el salario mínimo de un trabajador sea de 624 €/mes y el de un diputado de 3.996, pudiendo llegar, con dietas y otras prebendas, a 6.500 €/mes. INDECENTE es que un profesor, un maestro, un catedrático de universidad o un cirujano de la sanidad pública, ganen menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera. INDECENTE es que los políticos se suban sus retribuciones en el porcentaje que les apetezca (siempre por unanimidad, por supuesto, y al inicio de la legislatura). INDECENTE es que un ciudadano tenga que cotizar 35 años para percibir una jubilación y a los diputados les baste sólo con siete, y que los miembros del gobierno, para cobrar la pensión máxima, sólo necesiten jurar el cargo. INDECENTE, es que los diputados sean los únicos trabajadores (¿?) de este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo del IRPF. INDECENTE es colocar en la administración a miles de asesores = (léase amigotes con sueldos que ya desearían los técnicos más cualificados.) INDECENTE es el ingente dinero destinado a sostener a los partidos, aprobados por los mismos políticos que viven de ellos. INDECENTE es que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo. (ni cultural ni intelectual.) INDECENTE es el coste que representa para los ciudadanos sus comidas, coches oficiales, chóferes, viajes (siempre en gran clase) y tarjetas de crédito por doquier. INDECENTE no es que no se congelen el sueldo sus señorias, sino que no se lo bajen. INDECENTE es que sus señorías tengan seis meses de vacaciones al año. INDECENTE es que ministros, secretarios de estado y altos cargos de la política, cuando cesan, sean los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos salarios del ERARIO PÚBLICO, y, que sea cuál sea el color del gobierno, todos los políticos se beneficien de este moderno "derecho de pernada", mientras no se cambien las leyes que lo regula. ¿Y quiénes las cambiarán? ¿Ellos mismos? Reunamos firmas para que haya un proyecto de ley con "cara y ojos" para acabar con estos privilegios, y con otros. Haz que esto llegue al Congreso a traves de tus amigos."


viernes, 14 de mayo de 2010

Y AHORA, QUÉ?

Ayer hemos conocido las últimas medidas que el Gobierno va a poner en marcha para contener la crisis, o lo que es más exacto, para rebajar el déficit público y evitar que la desconfianza de los especuladores financieros (precisamente los más confiados en su enriquecimiento sin escrúpulos) ponga a España en un brete similar al griego y ello repercuta en el resto de países de la Unión Europea.


El Presidente del Gobierno desgranó una serie de medidas de choque que, según viene explicando, supondrán no sólo la vuelta a la confianza de los “mercados”, sino también el mejor tratamiento para resolver la crisis, la poca que ya queda, toda vez que España inicia un leve crecimiento y los datos “macro” apuntan a mejoras lentas pero imparables. Todo ya visto en más de una ocasión, todo demasiado previsible, todo suena a pura estética, a puro formalismo gubernativo.


Las medidas que se presentan no son otra cosa que las fórmulas acordadas por el FMI, el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y los auténticos líderes de la UE, Alemania y Francia. Estas mismas medidas se han ido llevando a cabo en distintos países de la UE de forma paulatina en los últimos veinte meses y forman parte de una especie de decálogo liberal que lo mismo sirve para un roto que para un descosido, pero que en nuestro caso van más dirigidas hacia la galería (europea y americana) que a resolver auténticos problemas.


La rebaja del 5% en los salarios de los funcionarios sólo es un guiño a los cuatro millones de parados, que ven aliviados como no se tocan sus derechos (de momento) y sí los sueldos de quienes tienen “trabajo fijo” (un bien realmente escaso en estos días). Para los funcionarios supone sumar otro 15% a la pérdida de poder adquisitivo que se elevará hasta el 40% en los últimos veinte años (Aznar ya lo hizo, y antes Felipe González). El recorte en los sueldos de los políticos tiene truco, porque rebajar el 15% del sueldo no significa renunciar a las dietas, gastos sin justificar o de libre disposición, y resto de complementos que en muchos casos suponen el 70% de lo que cobran. Prescindir del “cheque bebé” es puramente testimonial y un guiño más a la derecha, como la contención en el Plan de Dependencia. En cuanto a las pensiones, qué decir?


Pero lo cierto es que estas tablas de la ley, que se presentan desde el estrado del Congreso, no mencionan en ningún lado el gasto militar que podría retraerse (más de 3.000 millones de euros en nuevos vehículos y armamento sofisticado), ni trata de perseguir el dinero sucio del ladrillo, escondido bajo el colchón o en cualquier paraíso fiscal, ni las grandes fortunas y los terratenientes que cotizan comparativamente menos que los asalariados, ni a la banca que recibe dinero público y se escaquea en las aportaciones, ni al sector energético y de telecomunicaciones, ni a las Confederaciones Hidrográficas, ni a los Consejos de Administración de las Cajas de Ahorro, ni a las miles de empresas semi-públicas, participadas o públicas que se desparraman por todo el Estado, desde la administración central a la municipal, y un largo etcétera de “cajas” desconocidas donde se guarda, y desde donde se malgastan, millones de euros.






Y tras esta cortina de cretona negra, cuyo fondo adorna la presentación de las medidas citadas, es donde se esconde el verdadero problema, el auténtico monstruo que nadie se atreve a encarar, y que sigue durmiendo amenazante, a la espera de que vaya muriendo de tedio o que se vaya haciendo viejo y aún más viejo, mientras las cosas se van arreglando a medias.


El desempleo, los cuatro millones de parados. ¿Cuándo se va a presentar un Plan de Empleo que acabe con esta sangría, con esta desesperada situación que sufren al menos 11 millones de personas, entre desempleados directos y familiares, menores o dependientes?, ¿Cómo se va a remontar el desempleo, con qué medios, si se recorta el gasto del Estado?, ¿Quién se va a poner a la tarea? ¿Qué medios, qué medidas se van a poner en marcha?.


Silencio. Silencio y espera. Tal vez, si la economía remonta un poco, si crece un 0,2%, si se incrementan las exportaciones, si aumentan las cotizaciones… Tal vez…






El Plan de Empleo no tiene ni fecha ni contenidos, así de sencillo. La famosa re-estructuración del Mercado Laboral no es más que un puro título detrás del cual no hay nada, ni siquiera voluntad. Una quimera para que Sindicatos y CEOE se sienten a la mesa e inicien un diálogo social que servirá, como mucho, para que se marquen las fronteras entre unos y otros, pero de fondo nada. No hay nada. Ni siquiera deseos de hacer.


Volveremos a una mera relación nominalista de modalidades de contratación, de leyes de derecho laboral, de nuevas tablas de cotización a la Seguridad Social, de nuevas denominaciones de tareas y especialidades, pero de “reforma del mercado laboral” no habrá nada, absolutamente nada.


No habrá nada porque se seguirán manteniendo las mismas estructuras laborales, los mismos modelos productivos, idénticas relaciones entre asalariado-empresa-administración y, lo que es peor, los mismos sectores de empleo: construcción y servicios.


Seguiremos con contratos cada vez más inestables, menos asentados, menos duraderos. La temporalidad ya no se medirá en meses, sino en días e incluso en horas. Los derechos laborales se verán recortados por mor de esta temporalidad extrema; las categorías, las especialidades y los niveles serán cosas de otros tiempos, porque todo el trabajo se supeditará a la mayor rentabilidad al menor coste, a los objetivos, al abaratamiento de los salarios y al servicio a la empresa, que es lo mismo que decir al empresario. Y sobre todo, dentro de tres o cuatro años volveremos a la misma situación, porque nuestro mercado laboral, nuestra estructura de producción es anticuada, decimonónica. Nuestros empresarios no son más que mercachifles cuyo único interés sigue siendo lucir riquezas y tener querida (como en el s. XIX), o lo que es lo mismo acumular dinero y hacer ostentación del mismo, competir entre ellos. Nuestros sindicatos son más verticales que nunca, sujetos y supeditados a la subvención del Estado y pactando el sostenimiento de su propio momio a costa de lo que sea, empeñados en mantener estructuras de auténticos “lobby” para seguir con unos privilegios propios de los sindicatos verticales. Pero sin plantear alternativas reales a los problemas que nos afectan.

(Continuará…)

viernes, 7 de mayo de 2010

La Colleccione Marinelli
Todo el corredor formaba un inmenso pabellón que circundaba la cúpula. A la izquierda -si el sentido de la marcha se hacía siguiendo las agujas del reloj- los armarios, estanterías y armazones con metopas, redomas, frasquitos transparentes que irisaban destellos psicodélicos. Cada uno de ellos con su correspondiente etiqueta caligrafiada a plumilla por una mano firme, resuelta y paciente: Lugares, nombres propios en diversos idiomas y una fecha.

A la derecha el corredor se abría, a través de cristaleras móviles, al vacío mediante entre el suelo del hall y la inalcanzable cúpula que coronaba, para goce de los sentidos y dolor del cuello, un coro de angélicas figuras en posturas de fornicio, ofreciendo al curioso visitante un rosario de ninfas hermafroditas penetrándose las unas a las otras hasta completar el corro.

La colección era el orgullo de la casi milenaria familia Marinelli, una estirpe de nobles sustentados en dos pilares inamovibles: La Iglesia (varios de los miembros formaron parte de la Cátedra vaticana) y el Comercio con Oriente y Las Américas (otros tantos se encargaron de engrosar las arcas familiares con oro y plata, comprando los perdones de sus desvaríos, contribuyendo con limosnas - a falta de penicilina- a paliar los estragos de la Sífilis y conquistando nuevas tierras para mayor gloria de Dios y S.S.). En cada siglo, desde hacía casi diez, alguno de los vástagos Marinelli había continuado ampliando la colección que iniciara el más querido y admirado progenitor: Micer Girolammo Marinelli, durante la Segunda Cruzada. Uno a uno, ya fueran ministros de Dios, ya caballeros del Papa, ya duchos comerciantes, se habían empeñado en completar aquella inmensa colección, de manera que en el presente, significaba todo un fondo documental abierto a la investigación antropológica, o simplemente a la curiosidad, un tanto morbosa, de las nuevas corrientes artísticas. Los más insignes osólogos (u otólogos) habían visitado el Palazzo Marinelli en varias ocasiones. Desde Lord Byron (que aportó a la coleción un precioso ejemplar conseguido en un duelo en el Arrabal veneciano), pasando por el laureado Sir. Thomas Gallowstone, premio Nobel de Medicina y padre de la Osometría científica, hasta el curioso Borges (Jorge Luis), que quedó impresionado por la magnificencia del Palazzo y la extravagante colección.



Cada uno de los frasquitos encerrados en las vitrinas guardaba no sólo la pieza colecionada, sino un secreto apenas audible que permanecía quieto, adormecido en el formol. En algunos casos se trataba de un juramento de fidelidad que sólo la muerte rompió. En otros eran palabras de amor que quedaron suspendidas por los siglos de los siglos, sin encontrar el destinatario preciado. Los más eran amenazas, blasfemias, gritos de dolor o estertores congelados con el último aliento. A través de los siglos se había conformado una melopea de palabras que gravitaban asustadas, ausentes, borrachas de formol y días; componían frases sin sentido, conversaciones babélicas, delirios como opiáceos que nadie, salvo Scipione Confessor, el cuidador, era capaz de descifrar.

Scipione representaba la onceava generación de Confessor encargados del cuidado de la Colección. A su cuidado el Palazzo y la Galleria con el coro de hermafroditas lascivos y voces confusas. Los secretos de veinte generaciones al alcance de un sordo que tan sólo era capaz de oir el silbido del viento rozando la cúpula y el silbato que Galleazzo Marinelli utilizaba para llamar a su Gran Danés “Otelo”. Qué gran delirio, digno de Venecia. Que grande nessenso!.



La historia de la familia Marinelli, que podía seguirse recorriendo la Colección, era una sucesión de triunfos y derrotas que se ordenaban en una perfecta línea ondulada de generación en generación. Se diría que las conquistas realizadas por el padre se convertían en derrotas de sus hijos, y los triunfos de los hijos de los hijos, en pesadumbre de los biznietos. Cada triunfador se llevó consigo la victoria. Cada perdedor legó en vida la derrota. Unos y otros participaban activamente, eso sí, en el mantenimiento y aumento de la colección, bien por sus propios medios, bien mediante trueque, engaño, compra o apropiación ilícita. Y cuanta más grande era la aportación coleccionista, menor el éxito de la siguiente generación, de forma que parecería existir una relación causa / efecto entre el número de piezas aportadas y el éxito de quien las aportaba. Estudiar esta relación era el mayor interés de Borges, que, sin embargo, encontró la ceguera antes de poder acometer semejante empresa.

La primera adquisición fechada lo es en Jerusalem, se trata de un ejemplar amarillento, casi ocre, acecinado, como cartón, que apenas si mide cuatro centímetros. La leyenda apunta en perfecta carolingia: “Annus Dei Ierosolommitannensis. Rex Orbii Aurellii Imperator Vaticcanae Gratiae Dei. Girolammo Marinelli in Sarrachenii belli enemicci tuetur atque praesente triomphii feccit praeter seculantur recordii. Item legatur praessenti stirpe mii.”

La última adquisición data de 1943, aportada por Vitorio-Romano Marinelli, la pieza fue recogida en Anzzo, el 14 de Junio y la descripción reza: “ Anzzo, Italia, 14 de Junio, 1943. V-R Marinelli. Color bruno. Forma hemitroncal, con lóbulo desprendido, carnoso; finas curvaturas externas, concéntricas en par simple: Modelo caracola. Marca o señal “ad ovo” en el extremo superior, centrado, en forma de triángulo equilátero con el vértice invertido (hacia el pabellón). Cuenca profunda; solapa protectora carnosa y velluda. Ovalada: 7,56 cms., largo; 2,84 cms., ancho -punto medio-. Europea. XX-34809-43.” De Vitorio-Romano contemplamos una adquisición anterior, de fecha Septiembre 1942, cuya descripción reproducimos a continuación: “ Brüeshberg. Austria. 9 de Septiembre de 1942. Obsequio de Herr Konrad Von Hessembelsch. Color pálido, casi traslúcida. Forma fetal invertida, con lóbulo adherido, cartilaginoso y fino, que presenta orificio semicerrado y señal en corte vertical que cruza desde el orificio hasta el límite. Finas curvaturas muy marcadas, regulares, sin solapillas, impares. Modelo arcada gótica. Cuenca en pabellón muy pronunciado y estrecho en la unión. Solapa protectora diminuta cartilaginosa. Óvalo: 5,43 cms. Largo; 1,67 ancho. Semítica?. XX-34808-42.”
A partir de estas dos adquisiciones la colección permanece inmutable, hasta tal punto que no se han preparado nuevas vitrinas, ni existe espacio acondicionado para recibir posibles donaciones. La suerte de la familia Marinelli, tras el éxito de Vitorio-Romano, devino en tragedia, hasta tal punto que Galleazzo ni siquiera es hijo de Vitorio-Romano, sino sobrino. La esposa, Claudia, y los hijos de Vitorio-Romano fueron fusilados en Trieste por tropas alemanas cuando intentaban embarcar rumbo a España. Vitorio-Romano se suicidó en el Pallazzo Marinelli al día siguiente de caer Venecia en manos de los americanos. Desangrado sobre un sofá que contempló tardes de fox-trot y sexo apresurado yacía Vitorio-Romano. En la mano derecha aún mantenía aferrado el revólver; en su mano izquierda un frasquito y una nota manuscrita. Los americanos que le encontraron no sabían italiano y sólo les llamó la atención la pulcritud del muerto: aseado, vestido con el uniforme de gala de los “camisas negras”, como dormitando. Le arrastraron por el pasillo hasta la entrada del Palazzo, dejando a su paso un rastro inequívoco de sangre que manaba de su parietal izquierdo. El frasquito que asía en la mano izquierda rodó hasta debajo del sofá cuando levantaron el cuerpo muerto. Nadie lo notó.

Un mes más tarde Scipione, que se había vuelto de la Guerra sordo a causa de un obús, tomó posesión del Palazzo con el encargo de mantenerlo y guardarlo hasta que el Comité Popolare decidiera su destino. Cuando procedía a limpiar el reguero carmesí que se extendía por la alfombra persa formando una mancha muy semejante al mapa de Europa tropezó con el frasquito y la leyenda. Lo tomó, observó y leyó en voz alta: “Pallazzo Marinelli, Venezia, Italia. 1945. V-R. Marinelli. Color bruno vivo. Forma hemitroncal, invertida. Carnosa. Suaves y finas líneas concéntricas, impares (tres), de curvatura grácil, en Y hacia el exterior. Lóbulo desprendido, carnoso y circular. Señal congénita en el interior del pabellón en forma de luna en menguante, de aprox. 3mm. Cuenca acaracolada, con solapa grande y carnosa; ausencia de vellosidades internas y externas. Interior marfileño. Medida vertical 8,06 cms. Horizontal en p.m 3,42 cms. Europea-Italiana-V.R.M- XX-34810-45.”. Acto seguido ascendió hasta la galería, descorrió las tupidas y pesadas cortinas, alcanzó, al azar, una de las vitrinas y extrajo un frasquito, en su lugar depositó el que portaba. El frasquito extraído fue arrojado a la basura ese mismo día, junto con la leyenda del suicida.
Nadie, salvo Scipione y su Padre confesor, supo jamás de aquel asunto. De hecho en el certificado de defunción de Vitorio-Romano se señala que la muerte fue producida por su propia mano, instantánea, de un sólo disparo con orificio de entrada por la sien derecha y salida por el pabellón auditivo izquierdo que le destrozó la oreja de esta parte, siendo imposible localizarla...
La Colección de Orejas del Pallazzo Marinelli es, sin duda, la más completa de las colecciones y la única en su género.
HOMBRES...

 
Todo en él era impredecible. No es que actuara de una forma anormal, no. Tenía esa extraña virtud que adorna a ciertos hombres conocida como coherencia. Sí, era coherente en sus planteamientos, incluso excesivamente. Pero yo, en ningún momento era capaz de prever su siguiente paso; qué frase saldría de su boca o cómo encajaría determinada situación. Tampoco resultaba enigmático, no, no, de ninguna manera. Guardaba, eso sí, celosamente, como secretos, las experiencias que jalonaban su trecho vital, especialmente aquellas que tenían que ver con sus anteriores amantes. Jamás, en los ocho años que compartimos, me habló de aquellas mujeres. Yo, sabía de su existencia por terceras personas, pero no estoy segura de conocer algún dato de todas ellas. Tras la apariencia de seguridad que mostraba a cuantos le rodeaban, escondía - ahora puedo asegurarlo - una debilidad absoluta, que le hacía dudar permanentemente, sin que sus dudas afloraran al exterior, a no ser en un gesto vago o en el comportamiento taciturno que acompañaba a determinados momentos, que él, llamaba de “abandono”. A veces, no era más que el espejo de quienes le rodeábamos. Complaciente, muy complaciente con todo el mundo, excepto con él mismo. Generoso, también generoso, pero de una peculiar manera, hasta el punto de parecer un derrochador, especialmente con sus sentimientos. Greta me dijo una vez que a su lado ninguna persona, o mujer, no estoy segura, podría no sentirse querida. Sí, es cierto, pero algunas maneras de amar resultan más demoledoras que ciertas formas de desamor o, incluso, de odio. ¿Qué hacer cuando tu pareja va dejando un rastro de amor y tú sólo puedes ir recogiéndolo entre las manos? Paradójicamente, era en los momentos más duros cuando se mostraba más sereno, más decidido, pero también más impredecible. ¿Carecía de capacidad para afrontar los problemas? Sinceramente, no lo se. Casi siempre los problemas, tanto domésticos, como de otra índole, los solucioné personalmente. Él apuntaba soluciones tan sumamente elaboradas y complejas, que yo sólo veía mayores complicaciones; enredaba los problemas entre sí como se enreda una madeja o una red, hasta que la única solución era cortar el nudo, o rasgar la red de arriba abajo. Su decisión se traducía en el puro planteamiento verbal de la situación complicada. Hacía un pormenorizado y detallado informe de la cuestión, pero no mostraba mayor implicación. Se limitaba a observar, a estudiar, a planificar, pero jamás a resolver. Y a mí me sacaba de quicio. A continuación, se encerraba en una especie de estado ajeno, de quietud solitaria, hasta el punto de pasar desapercibido. Al principio de nuestra relación no me afectaba lo más mínimo, pero poco a poco su proceder ilógico fue haciendo mella en mí. Me afectaba como una mancha de musgo, que se expandía lentamente, inexorablemente, dentro de mi pecho. No sabría decir con exactitud cuando noté el primer síntoma. Puede que fuera en la pasada Navidad, cuando él decidió, sin consultarme en ningún momento, que pasaríamos las fiestas en un pueblo de la montaña, “solos tú y yo – dijo – disfrutando de la nieve y del campo”. Y eso que sabía de sobra que a mí el campo y la naturaleza no me importan nada. Es más, odio el campo. Lo que más me molestó fue el tono en que lo dijo. Los hombres, por lo general, no atienden, ni entienden de tonos. No son conscientes de los tonos que utilizan a la hora de hablar con nosotras, por eso no le dan ninguna importancia al “tono”. Para mí, y creo que para todas las mujeres, sin embargo, el “tono” es esencial. No se trata ya de lo qué se diga, es tan importante cómo se diga, el “tono”. En aquella ocasión, el suyo era una mezcla de prepotencia, de conmiseración y de complacencia. Pero no dije nada. Y pasamos seis horribles días en un pueblo perdido de la montaña leonesa, en el cual la mayor diversión consistía en salir todas las mañanas, pisando nieve helada, con un frío horroroso, a contemplar no se qué montañas, valles, especies de árboles o fauna local. Por cierto que esta última era lo más interesante, una docena de lugareños a cual más pintoresco que no me quitaban ojo en el cutre bar del pueblo, en que tomábamos el desayuno y la cena, para regocijo de aquellos salidos que no dejaban de mirarme el culo y hacer comentarios en voz baja.

Esa rabia la arrastré como un lastre que ayudó a extender la mancha de musgo, minando mi salud. Con la llegada de la primavera cambió de trabajo y de horario. Compartíamos más tiempo, pero menos comunicación. La conversación más extensa se limitaba a planear viajes que jamás hicimos, o programar películas y exposiciones que nunca llegamos a ver. En este tiempo, él comenzó a trabajar también por las tardes, de repente. Yo, ni me preocupé. Eso supondría un aliciente para, según él, su frustrada vida profesional. Llegaba a casa tarde, ni siquiera cenaba y se acostaba inmediatamente, cansado. En los pocos momentos que teníamos para nosotros se mostraba amable, muy cariñoso; nunca me contradecía, trataba por todos los medios de hacerme reír, de que me sintiera querida. Al principio no me sorprendió, porque así era él, y me había acostumbrado. Incluso pensé que había cambiado algo, debido, precisamente a su nuevo trabajo, con el que parecía mostrarse muy a gusto. También, que ese derroche de cariño no era otra cosa que una forma de sentirse querido por mí, dado que yo mostraba muy pocas veces mis verdaderos sentimientos hacia él. Lo encontré muy lógico. El caso es que así pasó el verano, en el que, por primera vez, no fuimos de vacaciones, decididos a cambiar de casa como estábamos. Por ahorrar, nos mentimos mutuamente. Todo muy normal, hasta ayer. Ayer mismo, en la cena, y a bocajarro, me lo dijo. Por primera vez sacó valor de no se sabe dónde y me lo soltó mirándome a los ojos, con una sonrisa que me crispó los nervios. Eso sí, el tono, por una vez en él, era el que correspondía a la situación. Dejó el tenedor sobre el plato. Intentó tomar mi mano, ocupada con la pala del pescado, y en uno de esos silencios que me sacaban de quicio me dijo muy sereno “María Luisa, cásate conmigo”.
JUSTICIA Y LEY

¿Es lo mismo Justicia que Ley?. Es una pregunta retórica, la pregunta con que un viejo amigo, ya desaparecido, Catedrático de Derecho durante treinta y seis años, iniciaba cada curso académico, en primero de carrera. Esta frase era su carta de presentación y la respuesta, tras uno segundos de silencio pesado, le daba pie para abundar en la retórica de la cátedra, con gran teatralidad, eso sí. Alzaba los brazos al cielo, mudaba la expresión, inflexionaba la voz, impostaba la dicción, paseaba arriba y abajo entre las mesas de unos alumnos apabullados ante tamaño despliegue de medios actorales. Era un gran tipo y un excelente amigo.

Esa misma pregunta les hago hoy a ustedes. Señores, amigos, ¿Es lo mismo la Justicia y la Ley?, o dicho de otro modo, ¿Es la Ley Justa?. Me responderán que, depende, que a veces sí y otras no, que cuando se hacen las leyes se procura que resulten justas y etc., pero no me sirven esas respuestas, no son precisas, no dicen la verdad y, por tanto, no "hacen justicia".
La respuesta simple y llanamente es NO. La Ley nunca puede ser justa, ni en si misma, ni en su aplicación. Desde el mismo momento en que está sujeta a interpretaciones, en que unos "jueces" la aplican en función de criterios formales y atendiendo a fallos ya existentes de similares características, de que cuentan (y mucho) circunstancias exógenas, así como otras indeterminadas, la Ley nunca puede ser justa, y por tanto no puede hacer justicia.
No nos engañemos. La Ley, las Leyes, son mecanismos de control de los ciudadanos, no herramientas de justicia; son meros ordenamientos de casuística relacional de los individuos que comparten sociedad y estado, no medios para el correcto funcionamiento de las relaciones humanas. Y sino vean un ejemplo claro, una suposición formal.

Pongáse por caso que Vd. da muerte a otro individuo, sin causa aparente. Si le mata utilizando cualquier tipo de arma, con intención de hacerlo, se tratará de un asesinato. Si le propina más golpes, cuchilladas o disparos de los necesarios para causarle muerte contará con el agravante de ensañamiento. Si lo hace de noche, amparado por la sombra o por la oscuridad (es decir que le sorprenda) se tratará de otro agravante, nocturnidad. Si resulta que Vd. solicita la ayuda de una o más personas (que serán juzgadas como cómplices) se aagravará el hecho por la superioridad numérica. Si además es Vd. más alto, fuerte o goza de posición social privilegiada frente a la víctima, se le sumará otro agravante más: posición de poder. Si por alguna razón ha estado algún tiempo maquinando el crimen, sumará el agravante de alevosía. Si del hecho criminal sacase algún beneficio (o lo tratara) añadirá el agravante de provecho. Y así sume y siga.... años de condena, digo, porque el "peso de la Ley caerá sobre Vd." (no el de la Justicia, observe), y se pudrirá en la cárcel a noser que cuente con los recursos económicos suficientes para contratar al mejor bufete de abogados del país, pongamos por caso al bufete de Garrigues, por ejemplo.
Ahora bien, otro supuesto. Pongamos que no es Vd. el criminal. Supongamos que se trata de un Gran Empresario (GE, así, con mayúsculas), un GE que es jefe de empresarios, que cierra una o varias de sus empresas amparado en la crisis (da igual qué crisis: la del petróleo, la del real madrid, la de la bolsa, la de los cuarenta, da igual, cualquiera es buen motivo); que deja a cientos de trabajadores en la calle sin cobrar los últimos seis meses, sin estar dados de alta en la Seguridad Social otros tantos y sin derecho ni a despido (recuerde está GE en crisis, bancarrota), ni a prestación por desempleo; que lo hace amparado en una Junta de Accionistas que es quien toma las decisiones (dice GE), sin nombres ni apellidos; que a consecuencia de los despidos uno, o varios trabajadores (ahora parados), caen en una depresión, perdido el empleo, el salario, los derechos laborales, perdida la autoestima, la dignidad (GE no los conoce siquiera), perdida la ilusión, perdido todo, incluso la casa, cuya hipoteca ya no se puede pagar. Y uno, o varios de esos trabajadores, optan, abrumados y hundidos moralmente por el suicidio.

¿Qué creen ustedes, amigos, qué sucedería? ¿Sería denunciado el GE por los familiares de los suicidas y acabaría sentado en el banquillo por asesino?. No olviden que la Ley es igual para todos; no olviden que concurren agravantes exactos a los citados en el primer supuesto, todos juntos: Ensañamiento (no pagar, no asegurar y despedir); superioridad numérica (Un Consejo de Administarción al completo); nocturnidad (la oscura opacidad de la propia empresa y su Consejo de Administración); posición de poder (GE es el jefe, el amo, el señor); alevosía (un cierre patronal no se hace de la noche a la mañana); provecho (los dineros ganados y defraudados estarán a salvo).

¿Sentenciaría alguno de nuestros justos y afamados jueces una condena para GE, acusado de una o varias muertes, aunque fuera por homicidio imprudente, u homicidio involuntario?

¿Es la Ley igual para todos?. ¿Es la Ley justa?

Cuando hay personas que se aprovechan de la Ley para su uso exclusivo y la utilizan como arma para imponer su Justicia, es justo que otras personas se tomen la Justicia por su mano.